26.9.12

"Angel Face" de Preminger


Esta página pertenece al Dossier CINE NEGRO parte III: En el corazón del cine negro  
Dossier Otto Preminger

Cara de Ángel (1952)

Dirección:  Otto Preminger
Guión : (en), "Murder story",  del escritor Chester Erskine, no convence a Preminger que confia el guión à Oscar Millard y Frank Nugent, que ha firmado por John Ford los guiones de sus películas más famosas en la fecha . Ben Hecht aunque no acreditado, participa en su redacción.
Música: Dimitri Tiomkin compone un tema extraño, profundamente romántico que revela Jean Simmons, en nuestros ojos y los de Robert Mitchum desde la primera secuencia.
Fotografía : Harry Stradling Sr. Que ha firmado las fotografías de Sospechas (Hitchcock-1939) entre otras numerosas películas y, un año antes de Angel Face, el excelente trabajo de Un tranvía llamado deseo (Elia Kazan-1951).


Actores:
Jean Simmons : Diane Actriz de cine desde los cinco años, tendrá una carrera cinematográfica  de 64 años
Robert Mitchum : Frank  Su aportación al cine negro la encontraremos en este Dossier con Out of the past (Retorno al pasado-Jacques Tourneur-1947)
Herbert Marshall : Charles Tremayne, padre de Diane  Ha trabajado en Theletter (La carta-William Wyler-1940) tratada en este Dossier.  Con Hitchcock,  recordamos Murder (1930) y Foreign Correspondant (1940-ver también en este Dossier).

¿Un melodrama romántico?

Se puede ver a Angel face como un melodrama totalmente previsible: la historia de una  joven que quiere asumir su destino… 
…en oposición con los modales de un padre querido y una madrastra rica,  odiada hasta el punto de quererla ver muerta desde la primera secuencia, mientras toca el piano.  Nos preguntamos: ¿qué está pasando detrás de esta cara de ángel vacía de cualquier expresión?
 ¿Qué espera de este hombre mayor, simple celador pero excelente conductor de coches, para ofrecerle tantas facilidades para realizar sus proyectos cuando acaba de darle una bofetada?

¿Qué hace que nos quedemos clavados a la butaca? 
 ¿Es el estilo elegante de Preminger  cuando nos habla de una sociedad estadounidense aburrida?  ¿Es el drama psicológico de una niña marcada por la muerte de una madre en un bombardeo durante la Guerra mundial?  ¿Es la condena implacable de un ser frágil por una sociedad demasiado cerrada como para escuchar y comprender los dramas interiores?

¿Cine negro?

La primera escena (llegada de la ambulancia e investigación en la mansión después del accidente de la madrastra)  es la única que contiene algunos de los elementos que constituyen el CINE NEGRO. A partir de las escenas siguientes dentro de la misma primera secuencia, entramos en un territorio extraño, que tiene, por momentos, una atmosfera onírica.
Es un sentimiento de fatalidad que se impone a lo largo de la película  que da la marca del género a esta obra tan particular de Preminger: se nos queda para siempre grabada en la memoria la  cara de Jean Simmons.  El espectador se queda enganchado,  siguiendo el hilo con el que Diane teje la trama   de un puro cine negro. Cada secuencia, cada etapa de la trama es una nueva maquinación diabólica creada por su bonita pequeña cabeza. 

 Jean Simmons sabe fijar su mirada en la nada: está preparando el próximo golpe, como en estas partidas de ajedrez que jugaba con su padre querido, su pareja verdadera que sólo la muerte puede separar. 
  De los planes que va elaborando sobre la marcha, ella sabe aceptar hasta las últimas consecuencias. Diane Tremayne no acepta ningún compromiso. También sabe fungir. Le ayuda la  melodía romántica  que toca al piano como la que silba, antes de matar, el protagonista de  Scarface (Howard Hawks-1932-producido por Howard Hugues quien presenta a Angel face y también con un guión de Ben Hecht). Es su línea de fuga, su forma de quitarse la culpa.  cuando se invita lo imprevisible al juego de masacres, Diane asume y cambia las reglas:

será la culpable que quiere salvar a su cómplice –que no lo es. Es negro, mucho más que Laura, en este mundillo de los modales que tapan los sentimientos más oscuros.  Preminger trabaja la narración elíptica, pasando deprisa sobre todo lo que es previsible –ver la secuencia del juicio. 

 Es evidente que lo que interesa más al director son las pausas calmas de un pequeño monstruo a quien devoran sus pasiones y que agota lo posible. Esta cara de ángel llegará a vaciar la pantalla. Ángel exterminador, Diane  no tiene la misma vocación que el ángel de Teorema de Pasolini: no deja a esta sociedad ninguna solución posible y, de paso, se destruye a ella misma.

Algunas secuencias


La bofetada: La madrastra ha sobrevivido a la salida de gas en su dormitorio- Frank le da una bofetada para calmar su ataque de nervio-Diane le devuelve la bofetada-Frank: "la próxima vez no pegue tan fuerte"- está conquistado y ella lo sabe: ya no lo dejará hasta la muerte

Una bruja Frank no se deja engañar por  el juego y las mentiras de Diane…    … no es un ser débil pero el embrujo que ejerce Diane no le permite tomar la decisión de la ruptura. Desde el principio,  Diane le avisó que es una pequeña bruja.

Crimen musical como siempre,  Diane se muestra alegre y dispuesta a ayudar- ha preparado su golpe. -Se siente al piano, la melodía se transforma en una fuga y la cámara vuelve  a ella

Como un fantasma: anda por la casa, descubre el vació que ha creado. Está ya en un más allá-intentará una vez más llenar este vacío salvando a Frank,  sin conseguirlo… pero nada ni nadie se le puede escapar.

La última copa de champánFrank se enfada cuando Diane arranca (derrama champán). Ella lo mira, se queda pensativa y se lanza en marcha atrás- Caída sinfónica

Último plano la sensación de vacío, del agotamiento de todas las tensiones y las pasiones vividas en la mansión de los Treymane, se traducen por este silencio a la llamada del claxon del taxi que Frank ha llamado. Un golpe…  seguido por dos golpes…  y la música responde con el tema sinfónico: respuesta fantasmal.