21.4.13

"The desperate hours" de William Wyler


Dossier CINE NEGRO Parte III: En el corazón del cine negro

Horas Desesperadas (1955)

Director: William   Wyler
Guión:  Joseph hayes
Música:  Gail Kubik
Fotografía: Lee Games


Actores:
Humphrey Bogart as Glenn Griffin
Fredric March as Daniel C. Hilliard
Arthur Kennedy as Deputy Sheriff Jesse Bard
Martha Scott as Eleanor "Ellie" Hilliard


Daniel Hilliard dice a su hijo amenazado por Griffin/Bogart: “Corre, Corre…”
Si He ran all the way es la última película de John Garfield, esta es la penúltima de un Humphrey Bogart ya agotado: Más duro será la caída (Mark Robson-1957) marca el final de sus 30 años de carrera con altos y bajos. Horas Desesperadas –para los atracadores como para la familia rehén, pero también como el espectador –es el último ejemplo de lo  “bajo” que puede caer Boggey, acompañado en esta caída por el otro protagonista,  Fredric March, y por el director William Wyler que nos ha demostrado otra maestría en The letter (en este Dossier) que esta obra soporífera.  Si He ran all the way ha tenido una distribución injusta en salas, Horas Desesperadas también,  pero por razones opuestas.

Tengo muchos reparos en presentar esta película en este Dossier, no tanto porque es más una peli de gánsteres que puro cine negro sino por ser la peor película que trato hasta ahora en el Blog.
Si me acerco a este objeto repulsivo después de citarla en la página anterior dedicada a la excelente He ran all the way de John Berry, es para ahondar en lo que las opone. En esta página, hacia referencia a la denuncia que puso Sam Ross, escritor de la novela (1950) adaptada por John Berry, con un guión de Trumbo, en contra de Joseph Hayes que escribe Desperate Hours (la novela en 1953 y la  obra de teatro con Paul Newman en 1954). La similitud entre las dos obras –toma de rehenes y misma composición de los miembros de las dos familias –no permitió a Sam Ross ganar la contienda. Joseph Hayes se inspira en un evento similar ocurrido en 1952 a la familia Hills. La película tendrá otros tipos de problemas con la justicia: una revista publicó unas fotos con los actores en la casa donde ocurrió la toma de rehenes.

La familia Hills se había mudado mientras pero denunció los hechos por atentar contra la vida privada. Estos hechos, aunque anecdóticos, reflejan unos detalles interesantes sobre la estrategia de la industria cinematográfica estadounidense frente a la sociedad consumidora de sus producciones, o sea gran parte de la humanidad.  Se destroza una obra que pone de manifiesto la relación entre delincuencia y pobreza, la influencia de la moral religiosa sobre el orden social y su obstaculización de la solidaridad humana, la consecuencia de estos dogmas sobre la fragmentación de la sociedad y del núcleo familiar.  Se pone en marcha la máquina publicitaria para hacer resaltar la visión opuesta: la familia burguesa feliz y amante del orden amenazada por la violencia absoluta de unos seres perversos, unos humanos inhumanos. Se contrata a unos actores famosos,  comerciales, se crea el evento con un pequeño escándalo judicial.

El guión  destaca la cohesión de la familia amenazada y la valentía del padre de familia que sabe comportarse como un héroe frente al peligro y la necesidad, por la generación siguiente,  de este ejemplo estoico. Se pone en marcha la banalización de la violencia: la primera película desaparece de las pantallas unos cuantos de años, dejando a The despserate hours el beneficio taquillero y el lanzamiento de la moda “rehén”, usada para todo: clientes de bancos, viuda o madre soltera y sus críos, en un ambiente confortable en barrios residenciales, o rural de western… enfrentados a unos temibles psicópatas. La película tendrá un remake hindi  en 1970 con Drohl de K.Bapalah, otro en 1974 con 36 Ghantes de Raj Tilak , en 1990 con 37 horas desesperadas de Michael Cimino. Medio siglo después de la película de Wyler, la moda resiste, tanto en la TV por supuesto, como en el cine comercial.

Ver hoy Horas Desesperadas da la impresión de encontrarnos de nuevo con esta familia típica de los sitcom que los EEUU venden como churros a todas las TV del mundo.  Hasta Pedro Almodóvar, también con sus altos y sus bajos comerciales,  cuenta como se inspira en Horas Desesperadas para su guión de Átame: «…decidí escribir una película que tuviese lugar en un estudio. Así podría poner la cámara donde quisiese, podría mostrar la belleza oculta del decorado. En aquella época, vi Horas desesperadas. Tres malhechores (Humphrey Bogart es el cabecilla) se fugan de prisión y se refugian en la casa de una familia de clase media. Toman como rehenes a todos los miembros de la familia. Esto me dio la clave. En mi primera aproximación, tres delincuentes se fugan de prisión y llegan por casualidad a un estudio donde acaba de terminar el rodaje de una película. Irrumpen en el plató. Por primera vez, tienen una casa bonita sólo para ellos, aunque sólo se trate de un decorado de cartón-piedra. Todo es falso, como en un piso piloto, pero es un buen escondrijo. Por la noche, llega todo el equipo de la película para festejar el final del rodaje. Los tres delincuentes se ven obligados a secuestrar a todos los miembros del equipo. Como ocurre a menudo en el proceso de escritura, tras desarrollar esta primera idea, de los tres malhechores sólo quedó uno (Antonio Banderas) que sale de un centro psiquiátrico y decide secuestrar a una chica con la que recuerda haber echado un polvo años antes. El resultado es ¡Átame!, un cuento de hadas romántico sobre la dificultad de convivir en pareja».

La muerte de Bogart / Griffin: “¡que muera la bestia!” así acaban también Frank Sinatra en Suddenly, John Garfield en He ran all the way o Richard Conte en Cry of the City
 
Blogs de memento
individuo y sociedad                  cine negro                        más