30.10.15

"Ossessione"-Luchino Visconti





Obsesión 1943

Director: Luchino Visconti    

Guión:  Visconti-G.De Santis –Alberto Moravia  / novela de James M.Cain

Música: Giuseppe Rosati

Fotografía: Domenico Scala-Aldo tonti

Montaje:  Mario Serandrei –

Productor: Libero Solarli


Actores:




Clara Calamai  es Giovanna Bragana



Massimo Girotti es Gino Costa


Elio Marcuzzo es Lo spagnolo (El Español)

y con: 
Vittorio Duse: L'agente di polizia
Michele Riccardini: Don Remigio
Juan de Landa: Giuseppe Bragana
Página anterior: The postman always rings twice 
(El cartero siempre llama dos veces-Tay Garnett-1946)




Gino, mecánico en paro, llega, en su vagabundeo, al restaurante-gasolinera de un poblado, en la carretera de Ferrara. Bragana, el dueño del negocio, le contrata. Gino y  Giovanna, mujer de Bragana, se vuelven amantes muy pronto. Pero ella no quiere seguirle y Gino se marcha solo. Encuentra a “El Español”, un feriante que le ha pagado su billete en el tren que les lleva a Ancona. Unas semanas más tarde, en una feria Gino encuentra a Bragana y Giovanna. El marido insiste para que Gino vuelva.  Los amantes aprovechan su borrachera  para improvisar un accidente durante el viaje de vuelta al restaurante. La fractura nace entre los amantes, empiezan las discusiones a pesar de realizar juntos el proyecto de transformación del restaurante. Cuando Giovanna va a cobrar el seguro de vida que Bragana había previsto para ella, Gino piensa que ha sido manejado. Pero la policía le vigila, sospecha del asesinato de Bragana. Piensa irse con otra mujer, Anita, o escaparse…  pero, al final,  consigue convencer a Giovanna para que se marche con él. La confianza vuelve… El accidente de coche, Giovanna muere. Las circunstancias se vuelven en contra de Gino,  que se entrega…

Opera prima de Visconti
Ossessione es la segunda adaptación, después de la versión francesa Dernier Tournant (Pierre Chenal-1939), y antes de The Postman always rings twice (El cartero… -Tay Garnett-1946), de la novela de James M.Cain publicada en 1934 con este último título. Si puede tener su plaza en el género negro por su inspiración en una obra literaria que lo fundamenta, la puesta en escena de Luchino Visconti lo confirma. Aunque ofrece aquí su primero largo metraje, realiza una obra de una gran madurez en el plano estético. Tanto en los movimientos de cámara, como en la utilización de planos-secuencias, de los primerísimos planos, de la profundidad de campo, consigue aparcar todo formalismo y crear una verdadera fractura con el cine italiano contemporáneo… y también el cine europeo si apartamos a Jean Renoir, Fritz Lang y pocos más. En Renoir tenemos el punto de referencia que marca el realismo de Ossessione, realismo poético que no excluye un cierto distanciamiento, una expresión breve, seca, una tensión contenida en el ritmo y la imagen. Estas características dan a la película la fuerza de una modernidad que no altera en absoluto el paso de las décadas. Algo debe la película a la obra de Renoir, Toni y sobre todo  La Bête Humaine que Fritz Lang adaptará de nuevo en 1954 (Human Desire), por el peso de la tragedia sobre los personajes, por la elegancia de los movimientos de cámara, por la introducción de exteriores y de decorados naturales.
Visconti empezó su carrera cinematográfica como  asistente de Renoir en Francia, en 1939. En este país, su encuentro con unos refugiados políticos italianos anti-fascistas cambia radicalmente su relación con la socio-política formada en el seno de la aristocracia italiana aliada a la causa mussoliniana  (uno de sus hermanos murió en la batalla de El Alamein contra los ingleses, mientras él rueda Ossessione). De vuelta a Italia en 1939, su acercamiento al partido comunista y a la revista Cinema confirma una visión crítica  de la vida familiar pequeña-burguesa y la importancia del sueño de libertad. 
La novela de James Cain es un punto de partida para desarrollar esta visión, que, sólo aparentemente, parece fuera de cualquier mensaje político. Dice Visconti que « cualquier otra intriga hubiese servido igualmente… lo que importaba era la forma con la que se desarrollaba la historia». Los productores no tenían los derechos sobre la obra de James M.Cain, lo que obligó a cambiar el título, no incluir su referencia en los títulos de crédito y que impidió su distribución en los Estados Unidos  durante décadas (la versión de Tay Garnett en 1946 bloqueaba cualquier intento). Parece ser que si esta versión de la obra literaria es la menos fiel pero la más innovadora se debe a la utilización por Visconti de una copia en francés de la novela transmitida por Renoir. La ruptura que provoca con el cine de la época la transforma en punto de partida del neo-realismo italiano sin, por eso, participar de su evolución con Rossellini o Da Sica. Para Visconti, Ossessione es « un relato sobre un  cierto tipo de sociedad italiana que se quedaba en las sombra: el sub-proletariado del valle del Po. El hecho de transponer las principales líneas de la historia de Cain en este medio social permitía construir una película absolutamente italiana. Así que escribimos el guión de Ossessione introduciendo unos personajes que, por supuesto, no se encontraban en la obra de Cain, por ejemplo El Español».¿El Español?,  un apodo: en realidad un saltimbanqui italiano que había vivido en España;  un invento acertado del guión

en Ossessione, ¿quién llama dos veces?
Visconti despliega el texto de James M,Cain y da su verdadera dimensión al personaje principal, Gino con la caracterización del Español. O sea: adaptar no es copiar, lo que Tay Garnett hará con la versión hollywoodiana de 1946. ¿Da su verdadera dimensión a Gino? Por supuesto: Gino representa  el principal arquetipo del cine negro, el héroe existencial, el hombre, forastero, que penetra un territorio organizado, moldeado por la sociedad, mientras él quiere ser libre. Frank Chambers, el personaje de Cain, no encuentra al Español. Entre tantas otras, está es una diferencia esencial con la película de Garnett.
Ossessione enfoca a Gino. Él es el obseso, no quiere obstáculos a su deseo: hace tiempo, dice,  que no se ha relacionado con mujeres; vida pobre… cuestiona la libertad (mientras Frank Chambers la afirma). Dos veces se presentará en el territorio de la pareja Bragana: se separa de Giovanna que no quiere seguirle hacia la aventura… pero vuelve. Marca así los dos tiempos de la película. Obsesivo con Giovanna en el primer tiempo, obsesivo con la muerte del marido en el segundo tiempo. El Español es  él que marca el tempo: “Sólo me habías amenazado una vez, se ve que ahora ya eres más valiente”. Ambigua relación entre los dos hombres, el español provocándole siempre para recordarle la libertad pero puede ser más bien para tener un compañero. ¿Y Gino, con las mujeres? Una segunda vez es  posible después de Giovanna,  cuando encuentra a Anita, una bailarina en Ferrara mientras Giovanna hace los tramites de la herencia de Bragana. Se acuesta con Anita y se sirve de ella para escapar de la policía. Pero, al final, en la playa con Giovanna… y con una fuerte dramatización, Gino la convence para huir…  por segunda vez.

Un acto político


No puedo resistir más tiempo a la comparación que intenté eludir en la análisis de The Postman always rings twice. Por lo menos, marcar algunos elementos, aparte esta “luz de acuario” de la que hablaba en dicha página. La introducción del personaje del Español y la trama que organiza Visconti alrededor del segundo personaje segundario, Anita, tan distinta de la de Garnett con Madge (Audrey Totter en un papel insignificante cargado también de un glamur inútil) no se limita a dar una credibilidad reforzada en la caracterización  del personaje de Gino. Detrás de una representación del sub-proletariado del valle del Po, gente ordinaria, Visconti efectúa con Ossessione un acto político extraordinario: reivindica la libertad de expresión y denuncia los tabúes de la sociedad italiana… que son también los de toda Europa en estas fechas. Mata tres pájaros de un tiro: pone en escena el adulterio con una fuerte carga de erotismo, una relación entre dos hombres dentro de situaciones y  con emociones ambiguas, hace competir una mujer, casada con un negociante respetado y religioso,  con una prostituta a la cual da la ventaja. El acto político de Tay Garnett y de los estudios MGM no tiene misterio: una propaganda más sobre el sueño americano, la fuerza del dinero y la moral religiosa.  Por supuesto, la censura fascista no dejará pasar… y las bobinas serán quemadas: Visconti, avisado por sus contactos, guardará una copia que vendrá a enriquecer el arte cinematográfico.

La semilla tarda en germinar, pero se hace en los dos a la vez
¿Un crimen?... ¿Cómo han podido llegar a eso?
El tema del cine negro gira alrededor de un eje central: la causalidad. Los eventos se enlazan, forman una cadena que no se puede romper, hasta al evento final predecible. Los personajes son presos de un mundo determinista en el que el azar, las estructuras sociales, los mecanismos psicológicos acaban con los proyectos y las esperanzas.
Gino el vagabundo entró en la casa de comida, había cazadores con sus perros sentados en una mesa, nadie en la barra, se oía la voz de Giovanna cantando… La puesta en escena del encuentro y el flechazo Giovanna-Gino me parece ser lo que marca mejor la diferencia entre las dos películas. Aunque la presentación de Cora (Lana Turner) y Giovanna (Clara Calamai) tiene la misma intención (el hombre mirando las piernas), la primera es “La” referencia al glamur de los estudios estadounidenses mientras Ossessione nos introduce en lq cotidianidad de Giovanna…

Las piernas de Clara Calamai tres años antes de las de Lana Turner


¿El flechazo? Por supuesto: zoom, travelling, primerísimos planos… música trágica… Flechazo para Gino,  pero ante todo: Comer. Giovanna, ella, está impactada cuando él se quita la chaqueta: « espalda de caballo…» (Gino es muy peludo), pero sigue con sus paños de cocina…
Más tarde… Él arregla una bomba, ella canta, el sol… la mirada del hombre hacia la casa de donde sale la voz de Giovanna. Gino se limpia las manos en la camiseta, suda… Entra y cierra la puerta del restaurante (como Frank Chambers). No vemos a Giovanna pero nos damos cuenta que ha dejado de cantar mientras la música trágica del principio suena de nuevo.
La cama. Fuerte carga erótica, tic-tac de un reloj… Confidencias, como Cora; prisionera de un mundo dominado por los hombres: el marido que pide todo, masajes, sexualidad, comida… y el cura, ahora el amante.  Frente al macho, Giovanna parece más sometida mientras Cora intenta dominar. El marido más bruto que Nick, el personaje de Garnett… Giuseppe Bragana  también quiere depositar su semilla: quiere un niño (no una niña por supuesto), hombre de iglesia y de tradiciones: canta opera maravillosamente,  va de pesca con el cura, mientras el cura de Garnett se hace cómplice del orden judicial en el corredor de la muerte. Bragana es un avaricioso que lo reconoce,  a diferencia de Nick.



Giovanna: “tú entiendes,…lo que significa  dejarse invitar por los hombres…”,… tenía dinero, yo no tenía nada… cada vez que me toca con sus manos grasientas… hasta cuando…
Gino: ¿Hasta cuándo?
Tienes que amarme lo suficiente, Gino

Giovanna y Giuseppe Bragana



El marido anuncia a Giovanna que ha pensado en ella, enseñando la caja cerrada que tiene bien guardada: “el previsor hace la alegría de sus padres…” Gino parece tener una reacción, una cierta emoción, ¿un interés? Giovanna está demasiado atareada y nerviosa para prestar atención… pero su registro mental ha funcionado.
La noche. El calor la pone nerviosa. El marido invita a Gino a comer. Giuseppe Bragana: Han matado a alguien. ¿De qué modo le han matado? Pregunta Gino…

También aquí se habla de gatos: no se trata del gato que va impedir el primer intento de asesinato del marido en la obra de Garnett –Visconti elude este primero intento como lo hará con el juicio tan cargante, clásico y repetitivo en el cine Hollywoodiano que sólo Preminger sabrá tratar con virtuosismo. Pero los gatos que maúllan y ponen a Giovanna al borde del ataque de nervios, dan a Giuseppe Bragana el protagonismo: coge la escopeta para matarlos: el crimen ordinario de la gente ordinaria que puede matar al gato,  al perro o al zorro, es el evento que proyecta la semilla en la mente de los amantes, simultáneamente, en silencio de las miradas. No hay palabras, la semilla germina en terreno fértil: una única mente une a los amantes.
Tiros, Gino coge a Giovanna en sus brazos, pensativo, mira hacia la puerta de dónde viene el ruido de los disparos.
Gino no aguanta: tendremos siempre a tu marido al lado… Se marcha, encuentra al Español que le aconseja marcharse lejos, ¡embárcate! Trabajan juntos de saltimbanquis. Giovanna y su marido le encuentran, Bragada le invita al restaurante. Mientras el marido coge el micro y  canta la Traviata:
Giovanna: no has ido tan lejos
Gino: si quieres vuelvo a tu casa
El marido bebe mucho, ellos se miran, bebiendo: la semilla está a punto.
Ahora misma, entiendes, dice Giovanna a Gino cuando se montan en el camión para volver al pueblo.

Un acto escandaloso



Clara Calamai, Juan de Landa, Massimo Girotti



Lo revolucionario, lo extraordinario surge en la vida de la gente ordinaria: el crimen. Acto escandaloso que sólo la huida de sí mismo permite asimilar, transformando a cada uno, creando bifurcaciones en el camino inicialmente marcado, separaciones, reencuentros...
Tampoco veremos el asesinato disfrazado de accidente: en el lugar mismo del crimen, los amantes comentan a la policía los hechos inventados. Visconti invita el espectador a excitar su imaginación y se ahorra el ridículo dialogo de Lana Turner y Garfield,  comentando la caída del coche en el barranco y lo que tienen que hacer… ¡Elegancia del director desde su opera prima!
             
Aquí, no hay luz de acuario hollywoodiana. El pasado obsesivo, esta carga que la mujer arrastra y de la cual quiere escapar,  no puede ser representado con esta luz. Visconti lo sabe: los que viven con esta carga y la fatalidad  del destino (otro arquetipo del cine negro) buscan las calles oscuras, la atmósfera sombría de las habitaciones. Las emociones no se expresan por las palabras. El contraste con los momentos de libertad, de felicidad, coge toda su fuerza cuando salen al sol de la calle, del campo o de la playa. Del interior al exterior: la película va creando la simetría del texto por la imagen. Pasamos de la oscuridad a la luz simplemente dividiendo la película en Dos Tiempos, Dos veces. El centro de la simetría lo marca la declaración a la policía, el sonido lo da el tic-tac de un reloj: Los dos amantes abandonan la huella de sus sombras en la puerta de la comisaria.  


Los destinos se cruzan, los tríos se forman y se deshacen, con siempre Gino en el centro:

-Giovanna, el muerto,  Gino…. Tres meses después de la muerte del marido: él quiere irse (no seguir “en la casa de un muerto”), ella casarse: Tienes miedo a lo desconocido.
Pero también:   El cura, Giovanna, Gino…. Anita, Giovanna, Gino… y  el Español. Giovanna, Gino….

Massimo Girotti y Elio Marcuzzo



-Viento de libertad con el español: “Tendrías que saberlo, alguien con ideas claras, jamás se asienta”-Gino tiene miedo “Quédate si quieres, con esa mujer que te ganaste así”.
-Cuando encuentra a  Anita, la bailarina, el viento de la libertad sopla de nuevo y aprovecha que Giovanna le anuncia que había un seguro de vida con mucho dinero para acusarla de haberlo montado todo y engañarlo. Se marcha a ver Anita.

A pesar de la persecución de la policía, el verdadero viento de libertad vendrá con la paz que le da la noticia de Giovanna: está embarazada… o más bien cuando la policía le dice: “Vamos”.

Burros, perros, la vidilla en  las calles de Ancona, saltimbanquis, posadas y restaurantes con concursos de cantos (operas)… Fuerza de los cuerpos, relaciones de fuerzas sin tabúes. Movimientos de los cuerpos en relación: la bofetada (de Gino a Giovanna cuando ella le chantajea si la deja) en Ferrara. Magnifica secuencia con este picado sobre la plaza, en Ferrara, la multitud se acerca de la pareja y se aleja de nuevo: ¡Jean Renoir no se encuentra muy lejos!

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