23.9.14

"Don't Bother to Knock"-Roy Baker



Niebla en el alma 1952

Director: Roy Baker  -    Guión: Daniel Taradash (Relato: Charlotte Armstrong) -  Música: Lionel Newman  - Fotografía: Lucien Ballard   - Montaje: t George A.Gittens  -  Productor: Julian Blaustein-20th Century Fox

Richard Widmark es Jed Towers
Marilyn Monroe es Nell Forbes
Anne Bancroft es Lyn Lesley
Donna Corcoran es Bunny Jones
Jeanne Cagney es Rochelle
Lurene Tuttle es Ruth Jones
Elisha Cook Jr. es Eddie Forbes
Jim Backus es Peter Jones
Verna Felton es Mrs. Ballew
Willis Bouchey es Joe the Bartender (Willis B. Bouchey)
Don Beddoe es Mr. Ballew




Richard Widmark y Donna Corcoran



Una curiosidad, muy al límite del género si no es por el equipo y la presencia de Richard Wdmark , icono del cine negro, y de Elisha Cook Jr. (ver Filmografía en el blog), presente en el cine negro desde The maltese falcon(Houston-1941), y con un papel memorable en Phantom Lady (La dama desconocida-Robert Siodmak-1944.
Anne Bancroft, la Mrs Robinson de El graduado,  tiene aquí 20 años y es su primera película. Pasó el año anterior rodando series para la TV. En el cine negro actúa en The Naked Street (Maxwell Shane-1955 con Farley Granger); sigue Nightfall (Al caer la noche-Jacques Tourneur-1957) tratada en el blog.
Anne Bancroft canta: How about You? –A Rollin’Stone –Manhattan –There’s a Lull in My Life –Chattanooga Choo Choo-
Donna Corcoran tiene 10 años. Actúa también, entre otras películas,  en Los contrabandistas de Moofleet (Fritz Lang-1955) y para series TV.
Para Richard Widmark, Elisha Cook Jr. Jim Backus y Don Beddoe: ver Filmografías en el Blog
Roy Baker (1916-2010)  trabaja en Reino Unido con actores como John Milles o Margaret Lockwood y empieza una carrera en los EEUU con The house in the square con Tyrone Power. En 1951 rueda Las nieves del Kilimanjaro y esta película, Don’t bother to knock. Siguen, dentro del género negro: Night without sleep (1952-con Linda Darnell y Gary Merrill), Inferno (1953 con Robert Ryan). Vuelve a Reino Unido en 1958 y trabaja con los estudios de la Hammer –Amicus, con algunos thrillers y películas de horrror. Notamos también que la película que nos interesa tenía que llamarse Night Without Sleep, título que fue a parar a otra obra de la Fox este mismo año. Se habló de Dorothy McGuire como actriz y de Jules Dassin como director antes de Baker.
Daniel Taradash es el guionista de Rancho Notorious de Fritz Lang, rodada justo antes de Don’t bother to knock y de algunas obras maestras como  De aquí a la eternidad, Picnic, escribe para el cine negro Knock on any door (Llamad a cualquier puerta-Nicholas Ray-1949 con Bogart),
La novela es de Charlotte Armstrong que ha escrito también para el cine negro: The unsuspected (Michael Curtiz-1947), Talk about a stranger (David Bradley-1952 con Nancy Reagan) antes de Don’t bother to knock.
Equpo técnico: George A.Gittens empieza en el montaje con esta película (ver filmogafía en el Blog). - Lionel Newman: hermano de Alfred Newman, a la Fox 46 años con 200 películas-Cine negro Road House (El parador del camino-Jean Negulesco-) Director musical de Marilyn Monroe en la Fox. - En cuanto a Lucien Ballard, no acreditado hasta 1946 a pesar de haber colaborado en Moontide o Laura, ha dejado su huella en este blog con películas como Correo Diplomático (Henry Hathaway),  La cas de la colina (Robert Wise), Atraco perfecto (Stanley Kubrick)… (ver filmografía en el blog).


La elección de Richard Widmark parece astuta: el actor ha establecida su fama de sádico-psicópata-carismático con Kiss of Death del mismo Hathaway, The street with no name de Keighley, Road House de Nuegulesco, Panic on the streets de Kazan, todas rodadas entre 1947 y 1950.
Esta fama predetermina la atmósfera oscura de la película aunque su personaje, impulsivo, a veces violento al principio, evoluciona hacia la actitud opuesta, una sorpresa para los fans de Widmark. Lentamente, la situación se orienta en efecto hacia la descripción del universo mental de una persona enferma: Marilyn Monroe, encerrada en una neurosis,  por momentos peligrosa para los que la rodean. O sea, un “bueno” Widmakr y un Marilyn “donde habita el peligro” – esta última cita voluntaria para recordarnos Where danger lives (John Farrow-1950) en la que comparamos la actuación sutil de Marilyn a la, torpe y forzada de Faith Domergue en un papel de enferma mental, también con pulsión de muerte… o de asesinato.


Marilyn Monroe ha tenido un corto papel llamativo dos años antes en The asphalt jungle (John Huston-1950) y acaba de rodar Clash by night (Encuentro en la noche-Fritz Lang-1952), un encuentro con Barbara Stanwick y Robert Ryan en el que tiene el papel de una empleada de una fábrica de conservas de pescado que llama la atención.. Don’t Bother to Knock es una producción que la 20th Century Fox proyectó para propulsar la carrera de  Monroe con esta interpretación de un personaje caracterizado por su atractivo físico y la ingenuidad de su expresión. Es su primer papel protagonista. Seguirá con NiaRiagara de Henry Hathaway al año siguiente.
En la época del rodaje de la película, las teorías psicoanalíticas están muy de moda y apreciadas por la industria cinematográfica: Sidney Greenstreet da un lección sobre el tema a Humphrey Bogart en Conflict (Retorno al abismo-Curtis Bernardt-1945) y el mismo Bogart tiene que dar cuenta de sus pulsiones asesinas en The two Mrs Carrolls (Peter Godfrey-1947). Hitchcock pide ayuda a Salvador Dali para representar los extraños sueños del doctor Edwards y su actitud con sus colegas psiquiatras en Spellbound. Lee J. Cobb, psiquiatra en los servicios de criminología del departamento de policía, se va a  encargar del caso del peligroso prófugo William Holden y aclarar su oscuro pasado en The dark past (Cerco de odio- Rudolph Maté-1948)… No olvidemos el desequilibrio mental de Faith Domergue en la ya citada Where danger lives y el caso de Jean Simmons en la excelente Angel Face de Preminger rodada el mismo año que la de Roy Baker.  Aquí, Marilyn Monroe demuestra su capacidad para la interpretación de la pasión amorosa atormentada o melancólica, con un grado de inocencia que contrasta con unos brotes de libertad frente a la sociedad machista. Lo demuestra magníficamente el mismo año en Clash by night en sus peleas con su novio y su defensa de Barbara Stanwick acorralada por dos hombres y con la misma necesidad de libertad. Su predisposición por este tipo de papel le permitirá,  unos años más tarde y después de su paso por el Actor’s Studio de Strasberg, volver a sacar todos estos matices de la caracterización de un personaje femenino en The Misfits (John Huston-1961).


La introducción de los títulos de crédito con la excelente música que ilustró la banda sonora de Panic in the streets acentúa la futura aparición programada de Widmark.  El primer plano ataca fuerte con Anne Bancroft cantando “I like New York…” en el dancing-bar del McKinley Hotel de Nueva York. Se llama Lyn en la película. Acaba de mandar una carta de ruptura a Jed, piloto en una compañía aérea. Le reprocha su falta de consideración y compasión con los demás. Lyn tiene veinte años, está claro que el amor suyo no es incondicional, llevan sólo seis meses juntos. Jed se ha instalado en la habitación nºx  del hotel, rompe la carta, la tira por la ventana y apaga el altavoz que transmite la música del bar. ¡Ah, la voz de Anne Bancroft! Si nosotros la disfrutamos,  no es el caso de Jed que apaga la radio.  Jed no tiene un comportamiento muy ecológico: tira las colillas en el suelo y los papeles por la ventana del hotel. Puro Widmark.


Mientras, en el hall del hotel se desarrolla una historia muy distinta: uno de los botones, Eddie, atiende a su joven sobrina Nell Forbes (en la novela se llama Nell Munro, apellido premonitorio). Le ha encontrado un trabajo de canguro  en la habitación nº y  para   la pequeña Bunny mientras sus padres están en un banquete en una de las salas del hotel. La ventana de la habitación “y”da a un patio interior del hotel, frente a la ventana de la habitación “x” de Jed. Pronto nos enteramos que Nell ha tenido un tratamiento psiquiatrico, que su tío Eddie se ha responsabilizado de ella. Más adelante, descubrimos que su novio murió en un accidente de avión en Hawai en 1940, causa del trauma y de los intentos de suicidio.


Empieza una ida y vuelta entre lo que pasa en el bar del hotel entre Lyn y Jed y en la habitación “y” entre Nell y Benny, donde suena la voz de Lyn en la radio. Se establece una atmosfera a puerta cerrada que nos conduce del bar a la habitación y nos llevará a la habitación “x” con unos breves momentos en el hall del hotel o la sala del banquete donde se encuentran los padres de Benny. Sin embargo, Roy Baker no consigue crear plenamente  esta claustrofobia centrada en la habitación y donde habita el peligro: la ventana indiscreta de la habitación “x” es un buen momento que pone en evidencia el imán que atrae a Jed hacia Nell.


Pero la atracción no se mantiene a causa de una puesta en escena muy clásica que, en algunas escenas, debilita la fuerza de los encuentros. El director no aprovecha plenamente el potencial dramático de los dos actores principales, Monroe y Widmark. La confusión mental de Nell, cada vez más frecuente, está únicamente marcada por la actuación de Monroe sin que las luces o los encuadres aporten algo más. La puesta en escena no es lo bastante imaginativa ni creativa como para dar cuenta de la complejidad del caso y poner en evidencia lo que envenena la atmosfera de la habitación, y, al final, de todo el hotel.  A pesar de estas reservas, la película ofrece a ratos una buena dramatización como, por ejemplo, este juego teatral de puertas entre Elisha Cook, Widmark y Monroe con la entrada en escena de la madre de Bunny mientras la niña grita en la otra habitación.


 Baker consigue también un fuerte suspense en la relación entre Nell y la niña Benny: la mano de Nell empujando ligeramente el cuerpo de Benny fuera de la ventana, el cuento de Nell para dormir a Benny,  los cambios incesantes del estado nervioso de Nell mantienen la tensión. La progresión del afecto entre Jed y Nell está tratada de manera clásica pero  con  precisión: la perturbación emocional que provoca en Nell la presencia física de Jed en su habitación, su condición de piloto de línea que también ha tenido un accidente de avión, le conducen a un nuevo trauma: Jed “es” su novio. A partir de este momento, hace de todo para “re” conquistarlo y no sabe cómo acabar con la desesperación que le provoca la actitud de Jed. Seguimos también la transformación de los sentimientos de Jed que pasan del deseo a la compasión, al descubrimiento en él de lo que le pedía Lyn:  es otro elemento de una caracterización de personajes bien conseguida.


Lo más interesante de la película se sitúa en algo más discreto en la narrativa: este personaje que entra en el hotel, frágil, evanescente, diseminando un extraño mal, poniendo en peligro otras vidas además de la suya, rompe el ambiente glamoroso de una sociedad adinerada, inversa los protagonismos, hasta que, gateando, gateando, deslizándose furtivamente entre puertas y pasillos de este hotel de lujo, se dirige hasta la salida para entrar en la fama y la leyenda a pesar de seguir viviendo las angustias del personaje de Nell.     


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