8.2.14

"The reckless moment"-Max Ophüls




Almas Desnudas 1949 

Director: Max Ophüls 

Guión:  Henry garson y Robert Soderberg / historia de Elisabeth Sanxay adaptada por Mel Dinelli  

Música:  Hans J. Salter  

Fotografía:  Burnett Guffey  

Montaje:  Gene Havlick  

Producción:  Walter Wanger -Columbia


Actores:


James Mason es Martin Donnelly entre terror, thrillers, dramas, algunas películas del cine negro: Odd man out (Larga es la noche-Carol Reed-1947), The reckless moment (Almas desnudas-Max Ophüls-1949), Caught (Atrapados-Max Ophüls-1949), One Way Street (Murallas de silencio-Hugo Fregonese-1950), Five Fingers (Operación Cicerón-Joseph L:Mankiewicz-1952),


Joan Bennett es Lucia Harper Después de Margin for Error con Otto Preminger en 1943, empieza la serie negra con The woman in the window (La mujer del cuadro-Fritz Lang-1944), Scarlett Street (Perversidad-Fritz Lang-1945), A woman on the beach (Una mujer en la playa-Jean Renoir-1947), Secret beyond the door (Secreto tras la puerta-Fritz Lang-1947), Hollow Triumph (La cicatriz-Steve Sekely-1948), The reckless moment (Almas desnudas-Max Ophüls-1949),


Geraldine Brooks es Bea Harper Cry Wolf (El aullido del lobo-Peter Godfrey-1947), Possessed (El amor que mata-Curtis Bernhardt-1947), An act of murder (Michael Gordon-1948), The reckless moment (Almas desnudas-Max Ophüls-1949), The green glove (El guantelete verde-Rudolph Maté-1952),




Mi forma de hacer las cosas lo complica todo” 
reconoce Lucia Harper en el medio de la vorágine.

Nos desplazaremos a lo largo de la película entre el pueblo de Balboa-Newport Beach  y Los Angeles. Desde la primera secuencia, vemos a Lucia Harper hacer este recorrido para encontrar a Darby, un hombre mayor, bastante antipático,  que tiene una relación íntima con su hija Bea, menor de edad. La chantajea,  lo que provoca la ira de Bea. Esta se pelea con Darby / Shepperd Strudwick  y, conmovida, se refugia en el seno de su familia. Pero, a raíz del golpe,  Darby muere accidentalmente y Lucia encuentra el cuerpo en la playa. Es el momento imprudente del título original: decide esconderlo en vez de llamar a la policía y aceptar un breve escándalo en Balboa que pueda comprometer un tiempo la reputación familiar. Sus actuaciones de madre de familia desbordada por las responsabilidades –un suegro, unos hijos que la controlan sin cesar, unos problemas materiales sin resolver por la ausencia del marido en desplazamiento en Europa –en un ambiente vecinal de lo más asfixiante. En esta costa del Pacífico, el barrio residencial donde vive la familia Harper...   



... y la fiel Sybil /  Frances E.Williams ,  su empleada de casa, negra por supuesto,  es tan parecido a un patio de vecinos como un lebrero afgano a un perro callejero. Las precauciones de Lucia no le sirven de nada: unas cartas comprometedoras de Bea a Darby se encuentran en manos de unos chantajistas,  Nagel y Donnelly. Este último es el encargado de presionar a Lucia pero, con el tiempo, sus sentimientos hacia ella van cambiando: ternura, afecto, protección… ¿ amor? El estado de ansiedad y estrés provocado por la situación no deja libre a Lucia de una introspección  hasta… este segundo momento, insensato espontáneo, del encuentro de estas dos almas desnudas, desamparadas…


 Producción y realización

El productor walter Wanger, marido de la actirz Joan Bennett, plantea desde 1947 adaptar la novela de Elisabeth Sanxay Holding The Blank Wall”. La escritora es famosa, alabada por el mismo Raymond Chandler que la califica de mejor autor por lo que concierne los personajes y el suspense en la época dorada de 1920 a 1940. Notamos otro de sus relatos adaptado para el cine: el corto Seeing Nellie Home de Ben Holmes (1943). The Blank wall fue adaptado de nuevo en 2001 con la actriz Tilda Swainton: The deep end  de Scott Mc Gehee y David Siegel.   De los distintos apuntes y bocetos de adaptación, el productor se queda con el de Mel Dinelli, guionista de cine negro como  The Spiral staircase (La escalera de caracol-Robert Siomak-1945), House by the river (La casa del rio-Fritz Lang-1950) o The window (La ventana-Ted Tetzlaff-1949), Cause for alarm (Motivo de alarma-Tay Garnett-1951), Beware, my lovely (Harry Horner-1952), Jeopardy (Astucia de mujer-John Sturges-1953).  walter Wanger confía el guión a dos novatos, Henry Garson y robert Sodergerg, propuestos por la escritora Sally Benson –autora del famoso Meet me in St Louis adaptado como musical por Vincente Minelli en 1944 –decisión arriesgada pero novadora que va agradar  a Max Ophüls. Para el director, su participación en una película de inspiración totalmente estadounidense presentaba un interés después de sus fracasos en este país con una de sus mejores obras: Carta a una desconocida –inspirada por el relato de Stefan Zweig. Su colaboración con James Mason empieza con Caught, película negra expresionista en la cual Ophuls se venga en la caracterización del productor de la RKO en esta época, Howard Hugues,  de una mala pasada que le hizo en el rodaje de Vendetta. Por otra parte, la elección del director se debe a la influencia de James Mason, implicado en la producción y que, después de constatar que su primera elección, Jean Renoir,  hacia estallar el presupuesto, propuso a Ophüls. Este quiere tener a John Alton como director de fotografía y Robert Parrish en el montaje. No consigue ni al uno ni al otro con este presupuesto: Ophüls se contenta con lo que se le ofrece y rueda en menos de un mes con un equipo de “la casa” Columbia. Sin embargo, la película no tiene el éxito esperado en los EEUU;  pero sí en Europa,  donde James Mason tiene fama en el Reino Unido y el director en Francia, a donde volverá para rodar sus obras maestras.

En Almas desnudas encontramos los temas esenciales que caracterizan la obra de Ophüls: la mujer dañada en una sociedad insensible (pensamos en Carta a una desconocida o Lola Montes, Madame de…), la nostalgia y el  romanticismo de los sentimientos: es el caso de Lucia y Donnelly, pero también de Bea.  A pesar de las imposiciones de los estudios de Hollywood, Max Ophüls consigue imponer su estilo como estos otros europeos Jacques Tourneur o Fritz Lang. “Para mí, la vida es movimiento” dice Lola Montes. El movimiento de la cámara, los largos y complejos planos secuencias con un aprovechamiento particular del decorado y una obsesión por  los detalles, el estilo de Ophüls se encuentra muy presente en esta obra americana.


Los largos planos en el hotel donde Lucia visita a Darby, el ritmo de esta primera secuencia y la dirección de actores están extraordinariamente conseguidos a pesar de los numerosos obstáculos materiales: cambios de espacios, mobiliario que estorba… A lo largo de la película, los movimientos fluidos de la cámara en la casa Harper dan al espectador la sensación de vivir con la familia y aumentan la identificación con Lucia.


Encontramos esta fluidez asociada a la velocidad de los personajes en la escena en el supermercado con Lucia estresada, que no contesta a los saludos de los empleados, y Donnelly en sus primeros pasos hacia el amor: la cámara se para con él en el cajero, comprando un filtro anti nicotina para Lucia que no para de fumar. O el largo travelling siguiendo a Donnelly buscando a su socio en un café abarrotado.


Una secuencia  particularmente conseguida es la que marca este momento imprudente, este primer Reckless moment en que Lucia descubre el cuerpo de Darby. La ausencia de música, un montaje reducido a pocos planos, la mayoría primerísimos, imponen al espectador una realidad perturbadora que le aleja de cualquier juicio sobre los sentimientos y las acciones de Lucia.


Si la decisión de Lucia parece insensata, sus gestos, el esfuerzo para desplazar al cuerpo muerto, el único sonido de su aliento, crean la empatía y la identificación necesaria para mantener la fuerza emotiva: estamos en la imagen-afecto de Gilles Deleuze. 


Es una secuencia que conviene asociar a la última, otro momento insensato para esta señora,  burguesa madre de familia, que se inclina sobre el cuerpo de este hombre que le ha demostrado este sentimiento de protección, compasión o… ¿amor? Mismos primerísimos planos, misma ausencia de música: en dos o tres planos, Ophüls nos transmite la realidad del dolor, este llanto de Lucia cuando vuelve a casa, conducida por la fiel Sybil, en su dormitorio, bajando la escalera para reunirse con la familia, hasta que ponga en marcha el escudo que borra la pena a los ojos de los demás y al oído del marido, al otro lado del teléfono, en Berlín.


A pesar de no tener el  equipo técnico que pedía, Max Ophüls controla la totalidad de la obra y realiza su propósito: un retrato hiriente del modo de vida en una sociedad donde la mujer casada, ama de casa se encuentra en situación de dependencia del marido –su visita al banco donde no puede sacar dinero –donde   el individuo está alienado.


Detrás de las apariencias de la casa Harper –un sitio idílico, la atención de cada uno hacia el otro –se revela poco a poco el carácter opresor de este hogar: todas las casas se parecen, no se nota la vecindad, ni vecinos, ni amigos, cada uno vive en su mundo y controla al otro. Lucia,  la única entregada a todos, tiene una cámara que la vigila permanentemente: el suegro, el hijo, Sybil, hasta Bea que se da cuenta muy pronto que depende de lo que su madre haga. Sin embargo, a pesar de este control, cada uno vive su vida sin lazos fuertes con los demás. Hasta Lucia,  que pasa el tiempo dando órdenes más que consejos, sin asegurarse del resultado, se encierra en su cuarto cuando puede. como los demás.  No se confía a nadie sobre todo lo que esta pasando. Su voluntad de controlarlo todo en la ausencia del marido la vuelve muy radical cuando se presenta la compleja situación  que ella misma ha creado: se vuelve más individualista, no da a sus hijos el afecto y la atención sino una protección obsesiva.


El silencio que la acompaña en sus tareas – visita al banco, supermercado, casa – contrasta con el ruido de la calle: el director crea unos efectos que nos identifican a sus estados psíquicos; Lucia anda a toda prisa, estresada…   

Ophüls realiza su propia visión: desde el momento que el productor  le impone el equipo, el director impone su punto de vista a los técnicos. François Truffaut señala este aspecto del director en su libro “El placer de los ojos”: cuenta Truffaut que, mientras miraba los rushes en una visita al plató de Lola Montés, el director de fotografía –que  acumulaba en esta fecha 27 años de experiencias –estaba indignado porque Ophüls había pedido que la carretera de Niza fuera pintada de rojo; hasta las hojas de los arboles lo estaban. “El director de fotografía de Lola Montés, colaborador más directo de Max Ophüls, ignoraba las intenciones del cineasta; quizás ignoraba  por qué Ophüls había pedido que se pintase la carretera y las hojas: cada episodio de lola Montés corresponde a una estación y el sketch de la aventura con Litz tenía que ser otoñal. No parece exagerado pretender que Max Ophüls era su propio  fotógrafo  ya que se encuentra el mismo tipo de fotografías en todas sus películas  [mientras su director de fotografías hacia unas fotos muy distintas]… Los directores de cine  piensan en imagen y odian explicarse con palabras; por lo general son tan púdicos como los guionistas lo son poco. De ahí el rechazo de Max Ophüls a explicar sus intenciones a sus más próximos colaboradores”.


Aunque la fotografía de Buernett Guffey y el montaje de Gene Havlick dan buenos resultados para un melodrama, podemos pensar que la atmosfera de cine negro a la cual Ophüls estaba poco acostumbrado hubiese sido ciertamente mejor conseguida con John Alton detrás de la cámara: este acababa de dar la expresión de su trabajo en este género con Bury my Dead (Bernard Vorhaus-1947), T-men (La brigada suicida-Anthony Mann-1948) , Hollow Triumph (La cicatriz-Steve Sekely), He walked by night (Alfred Werker y Anthony Mann-1948). Ophüls tenía claro de donde le podía venir la ayuda técnica para ser más perfeccionista en la realización de los momentos muy negros de The reckless moment, particularmente las secuencias finales. Sin embargo, como dice Truffaut, él piensa con imágenes y puede conseguir que sus técnicos  realicen sus visiones: la prueba, esta luz proyectada en la escalera y el ruido del viento que mueve la lámpara de metal mientras Lucia, y más tarde Donnelly suben. 



También el excelente blanco y negro en el pabellón donde Donnelly decide proteger a Lucia del chantaje de su socio. Ophüls consigue mezclar dos géneros muy particulares: el cine negro y el melodrama como lo saben hacer otros cineastas europeos en los EEUU: Fritz Lang con Clash by night y Robert Siodmak con Thelma Jordon que acabamos de tratar en este Blog.

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