Inicio / Robert Siodmak
El El sospechoso 1944
Guión: Arthur T.Horman /Bertram Millhauser
Música: Frank Skinner
Fotografía: Paul Ivano
Montaje: Arthur Hilton
Productora: Universal Pictures
Actores:
Charles Laughton
es Philip Marshall
Ella Raines es
Mary
Stanley Ridges es
el Inspector Huxley
Rosalind Ivan es
Cora, la mujer de Philip
Molly Lamont es
la mujer de Simmons
La historia basada en la novela de James Ronald, The way out, está inspirada por el Caso Crippen, un suceso que marcó los anales judiciales del Reino Unido: el sospechoso fue perseguido desde Inglaterra hasta Canadá. En Londres, en 1902, Philip Marshall, cincuentón honrado y muy cortés, trabaja en un negocio de tabaco. Vive un verdadero infierno con su mujer Cora cuyo inaguantable carácter ha llevado a John / Dean Harens – visto en Crack-up (1946) –, hijo único de la pareja, a abandonar la casa familiar. Philip encuentra a Mary Grey que pasa también por un momento difícil. Le ayuda en su búsqueda de trabajo y entablan una relación amistosa, platónica, que los reconforta mutuamente. Cora sospecha de su marido, lo sigue.
La proposición de divorcio de Philip la pone furiosa y
aumenta sus celos. Una noche, vemos a Philip coger su bastón… La narración es
elíptica: al día siguiente nos enteramos que Cora Marshall ha muerto. Se ha
caído por la escalera. ¡Objeto clave de tantas películas negras: la
Escalera!. La policía concluye que es un accidente.
¿Miente Philip a Mary? Ella
prefiere creer que él es inocente. No es el caso del inspector Huxley,
encargado de la investigación, que sospecha de Philip Marshall. Éste tiene un
vecino que bebe y pega a su mujer: la aguda crítica de la institución
matrimonial se verá compensada cuando Philip y Mary deciden casarse: la amistad
se ha transformado en afecto para Mary y en verdadero amor para Philip. Están
ahora unidos para enfrentar la sospecha de Huxley, cuya tenacidad para
desenmascarar al verdadero asesino conducirá a organizar unas trampas bastante
diabólicas para confundir la consciencia de este bonachón de Philip.
Un excelente Charles Laughton, enamorado con razón
de la bella Ella Raines, aunque la reciprocidad es difícilmente creíble,
lleva la batuta de la imagen narrativa, como lo hizo el mismo año Ella
Raines con Phantom Lady (La dama desconocida) del mismo Siodmak. A pesar de una
ambientación londinense de fin de siglo XIX, aparentemente muy alejada de su
contribución al cine negro, el director hace de esta película un
ejercicio de estilo sobre el género y restablece sus principales
características con la ayuda del director de fotografía Paul Ivano.
Las secuencias de noche en los exteriores, la cara de Laughton en la obscuridad están firmadas por uno de los grandes del cine negro, reconocido dos años más tarde con The dark mirror y The killers.
La banda sonora de Frank Skinner
potencia el misterio de estos pasos, estas caras en la niebla nocturna, una
conseguida persecución de Philip por Cora en las calles de Londres. Todos
elementos al servicio de un actor que sabe utilizar la apariencia de la
jovialidad para enseñar, a solas con el espectador, su mirada más opaca y
calculadora, sus gestos y su fisionomía de manipulador. La elección es de
lo más acertada: ¿Quién puede mejor que el sobrio Laughton mantener la
tensión de la sospecha?
Siodmak le aporta una ayuda apreciable por momentos como
en esta secuencia entre Philip y el inspector Huxley, en la cual éste
reconstituye la escena de un supuesto
asesinato de Cora por un supuesto
personaje en la escalera de la casa, mientras Laughton guarda un control admirable.
¿Qué importa si el asesinato es inmoral cuando se trata de liberarse de la tiranía de Cora o de la violencia de un vecino que conduce su mujer a poner un sombrero para esconder las huellas de sus golpes? El envenenamiento del vecino provoca un corto momento de pánico cuando Philip es sorprendido por la llegada de su hijo y su nueva mujer… Mary.
Pero cuando el gato se esconde debajo del sofá al lado del muerto, Philip sabrá mantener la calma. Lo esencial es mantener las apariencias, los modales según las circunstancias. El guión permite así cargar poco a poco el ambiente, aumentar lentamente lo negro de la tinta.
El éxito de The suspect
reside en la forma en que Siodmak, el maestro de los claros-oscuros y de los
encuadres sugestivos, juega con todos los datos que tiene en manos.
¡Qué importa si Philip es o no es un criminal¡ Él es un
verdadero caballero en este mundo hipócrita y viciado. Con Mary puede crear un
mundo paralelo de respeto, afecto en el que un sentimiento se revela en toda su
transparencia. ¿Qué te importa ser el sospechoso
hasta el final, marcharte con la mujer que quieres, sin inquietud, sin condena
pendiente? Sólo la consciencia puede arruinar tus proyectos… y si el inspector
Huxley lo sabe, Siodmak también.
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