5.10.13

"The Blue Gardenia"-Fritz Lang





Director: Fritz Lang  Gardenia Azul 1953  The Blue Gardenia
Guión:  Charles Hoffman / Vera Caspary (Laura de Preminger)-  Charles Hoffman ha sido productor de The Unsuspected (Michael Curtiz-1947)
Música:  Raoul Kraushaar Cine negro: Shed no tears (Jean Yarbrough-1948), Sky liner (William Berke-1949),
Fotografía:  Nicholas Musuraca

Producción: Alex Gottlieb-Warner


 Actores:




Anne Baxter es Norah Larkin


Richard Conte es Casey Mayo

Ann Sothern es Crystal Carpenter

Raymond Burr es Harry Prebble

George Reeves es el Capitán Haynes

Jeff Donnell es Sally Ellis

Richard Erdman es Al, el fotógrafo

Tres mujers, Harry, Casey... y Lang
Empezar un Dossier sobre Fritz Lang con The blue gardenia, película menor en su filmografía que el director reconoce haber rodado muy deprisa –tampoco es una chapuza –se justifica cuando el Blog trata actualmente de Periodismo. Seguiremos con While the city sleeps  y Beyond a reasonable doubt, las dos estrenadas cuatro años más tarde. Gardenia azul se sitúa entre dos obras maestras del negro de Lang: Clash by night (Encuentro en la noche-1952) y The big heat (Los sobornados-1953).  Pero la película no muestra en realidad ningún defecto particular en cuanto a la dirección y tiene un guión de base bastante original a partir del relato de Vera Caspary. Esta referencia cuenta,  ya que  es la autora de Laura adaptada por Preeminger. Lo que limita Gardenia Azul es el tono cursi que le da la presencia de Ann Baxter, o más bien su papel de chica tímida y pesada que no le cuesta mucho interpretar –recordamos I confess de Hitchcock –y la relación de esta protagonista  con sus compañeras de piso.
Sin embargo, la originalidad reside justamente en la presencia de tres mujeres en un film negro –lo vimos también en Fallen Angel de Preminger –con, en este caso, un ambiente y una conseguida caracterización de Sally, Crystal y Norah, personajes principales, mientras Harry está con nosotros los primeros 30 mn –hasta su asesinato –y Casey Mayo la hora siguiente en el papel de un periodista oportunista pero romántico y discreto a pesar de situarse en el centro de la investigación periodística.


Esa es la otra originalidad: una crítica de la prensa sensacionalista dentro de una investigación que arranca después de media hora. Lang interroga la deontología de estos pequeños periodistas machos  que llenan sus agendas de nombres de mujeres supuestamente conquistadas y dispuestos a cualquier maniobra para vender el morbo del día. Pero también estas mujeres que desean tener su foto en el periódico: Casey recibe docenas de llamadas de mujeres que se acusan del crimen desde el primer día.   


Algunas escenas están particularmente bien construidas y representadas: ambientes claro-oscuros, el ritmo que se dispara justo después de esta media hora de introducción, unos encuadres y la profundidad de campo de algunas escenas que potencian la narración con el estilo propio de Fritz lang…


…y con la importante ayuda de Nicholas Musuraca.


El espejo roto, el pañuelo, la gardenia, la lluvia y la falsa culpable,…


…perdida en la niebla,  que se vuelve paranoica frente a la policía: Fritz Lang juega con los códigos del cine negro, ciertamente se lo pasa bien y nosotros con él.   Los  diálogos  de Charles Hofmann están llenos de humor en boca de Crystal y en la relación entre el capitán Haynes y Casey o entre Casey y su fotógrafo.


El ambiente kitch  del "Blue Gardenia" con Nat King Cole

Notamos también otra originalidad: a la música de Raoul Kraushaar, perfectamente adaptada a la narración, se añaden dos temas: A “Blue gardenia “de Nat King Cole, que marca por supuesto la aparición de la mujer gardenia representada por Ann Baxter, se opone la música de… Wagner con “Tristan und Isolde  que da el golpe final a la investigación.

¿Quién mató a Harry?




Harry, dibujante para revistas de corazón, toma apuntes de  las empleadas de la compañía de teléfono para un calendario. Casey  Mayo, periodista en el Los Ángeles Chronicle, está de visita en la compañía para un reportaje. Harry intenta ligar con Crystal.


Harry a Norah: ¿le gustaría ver otros trabajos míos? Mientras, ha apuntado el teléfono de Crystal: es también el de Norah y Sally. Las tres telefonistas comparten el mismo apartamento:  Sally (enganchada a las novelas policiacas de Mickey Spillaneque son todas iguales” pero qué importa si es todo lo que tiene) y Crystal, para quien  Sally tiene una vida que rebosa de violencia y pasión, mientras la mía se reduce a Homer. Ese tiene “las virtudes de un novio”, dice Crystal, hablando de su ex marido que la lleva en coche a cenar o al cine, otra y otra vez… Crystal, maternal, protectora y mandona, es la excelente Ann Sothern. Ella es el elemento que, sin saberlo,  cambia los destinos de unos y otros: punto de partida de un malentendido que desemboca en la muerte de Harry, será, más tarde, el intermediario que intenta salvar a Norah.

Pero ¿qué ha pasado?


Norah está dispuesta a pasar  sola su noche de cumpleaños, con champán y la foto del novio en Corea. hay una carta suya que no ha querido abrir enseguida: herido en la guerra, se ha enamorado de la enfermera Ángela –en el estilo de Adios a las armas de Hemingway-


La llamada de Harry, invitando a Crystal, es para Norah la oportunidad para olvidar su dolor. La cita en el Blue Gardenia, pone la tímida y bastante pesada Noah en manos de Harry, a quien da igual una u otra. Empieza la borrachera del olvido con la música de Nat King Cole  y los poemas de Harry: no son bebidas, son los vientos alisios en lagunas heladas, la Cruz del Sur sobre arrecifes de coral, bellísimas doncellas bañándose al pie de una cascada…

En el apartamento de Harry,  presa en la madriguera, con el ruido de la lluvia, la chica borracha, está a punto de vomitar… A Harry todo eso no le importa si puede llegar a sus fines, acompañado por el “Blue Gardenia” de Nat, igual de pesado que Norah –“bonita música para un asesinato” dirá más tarde Casey.

Porque, de eso se trata: ¿Quién ha matado a Harry?


El galán, paciente, prepara un café a Norah, la instala cómoda en el sofá. Afectuoso, no olvida el “Feliz cumpleaños”. Ella lo besa, lo que calienta a Harry. Ella resiste, Harry insiste, la gardenia en el suelo, el atizador,  el cristal roto, ella le pega… se desmaya.
 La resaca de Norah: todo es borroso, se levanta, huye… olvidando sus zapatos y su pañuelo… y la gardenia en el suelo del apartamento de Harry. Norah seguirá perdiendo pañuelos… y no recordará haber matado a Harry.
El capitán Haynes invita a su amigo Casey y Al, su fotógrafo,  del  Los Ángeles Chronicle para hacer fotos en el apartamento de Harry: “yo soy un periodista, vivo de los titulares. Necesito entrevistar a esta mujer antes que la detenga la policía” confía a Al.


Después de 30mn, Casey entra en el juego. Mientras, Norah, que no se acuerda de casi nada de la noche anterior,  entra en una paranoia con la policía. El objeto que la puede delatar: el vestido de tafetán negro. Envuelto en… un periódico, lo quema en el incinerador.

Crystal plantea el problema a Norah: si una mujer mata a todos los hombres que lo merecen, ¿cuánta población masculina crees que quedaría?
Sally: A mí no me gustaba Harry Prebble. Pero ahora que lo han asesinado, eso le da un aura de romanticismo a un hombre.

Casey va pescando en las ideas de otros: la mujer de la gardenia azul: un buen título… mándale una carta antes de ir a Londres donde tienes que entrevistar al primer ministro le dice el jefe… Casey escribe su Carta a una desconocida. Así publica sus portadas que se venden bien y, sin saberlo, …aumenta la paranoia de Norah. “Querida Gardenia Azul, la policía quiere una confesión rápida. Yo quiero ayudarte-Cuando digo yo, me refiero a mi periódico y a mí… marcas Madison 6602 y acude a mí, Casey Mayo”. Al capitán Haynes  no le gusta: ¿cuál es el número de tu placa de policía?
A las amigas de Norah tampoco: “sucia carta” dirá Crystal.  


Empiezan las llamadas telefónicas al Los Ángeles Chronicle


…Casey pone a Norah en una posición muy arriesgada: a cambio de la exclusiva le ofrece el mejor abogado criminalista de Los Ángeles. La policía no sería tan generosa. Pero se enamora de ella.

¿Puede Norah confiar en un periodista?


¿Puede Casey Mayo confiar en un camarero tan discreto?


Entre Harry, Casey y el fotógrafo estamos en la cultura machista clásica de la época:
-La apuntaste en tu agenda dirá el fotógrafo a Casey.
-No es de esta clase
-¿Es que hay clases?
Casey regalará su agenda al fotógrafo al final de la historia.

Sin embargo, son las mujeres que van a manejar a Casey hasta la última escena: “ya conoce las mujeres, el sexo obstinado” le dirá Crystal. Al final es la música de Richard Wagner lo que salvará a Norah.


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