1.8.13

"He walked by night"-Anthony Mann

En el corazón del cine negro





Orden: caza sin cuartel  1948  
  poster
Director: Anthony Mann -  Alfred Werker
Guión: Crane Willbur (relato y guión)
Música:  Leonid Raab
Fotografía:  John Alton-efectos especiales: George J:Teague /Jack Rabin
Montaje:  Alfred DeGaetano
Productor:  Robert Kane


Richard Basehart es Roy Martín
Scott Brady es Sergente Marty Brennan


Scott Brady-Whit Bissell-Roy Roberts


Roy Roberts es Capitan Breen

Jack Webb es Lee Whitey

Whit Bissell es el por mayorista Paul Reeves


« Estamos en L.A. o cómo la llaman los españoles “Nuestra señora la Reina de los Ángeles”».

 Así empieza la voz en off típica de estos filmes estadounidenses que propagan, después de la segunda guerra mundial, su modelo cultural en el mundo, bastante cambiado con respeto a la primera ola propagandística de la primera guerra, más orientada hacia la comedia de costumbres,  los dramas de Greta Garbo, los malos gángsteres de la prohibición y los malos indios que obstaculizan la conquista del Oeste. Ahora tenemos a los buenos soldados de vuelta a casa, transformados en policías y detectives, buenos padres de familia dispuestos a dar su vida por la seguridad de los ciudadanos después de haber salvado al mundo de todos los fascismos. 


Orden: Caza sin cuartel es una película rodada con un estilo seco que sigue la historia verídica sacada de los archivos de la policía de Los Ángeles y evita el sensacionalismo. He walked by night (“Andaba por la noche”) es la historia banal de un estafador, Erwin Walker. En esta ficción, se llama Roy Martín,  técnico en electrónica  en el ejército durante la guerra, que utiliza ahora sus conocimientos para robar aparatos y mejorarlos antes de venderlos al por mayor. Sorprendido por un policía mientras intenta robar de noche en una tienda, le dispara y lo deja en coma. El departamento de policía de Los Ángeles (LAPD) se lanza a una investigación que acaba con una redada, secuencia final impresionante, en la cual Martín se quedará atrapado después de perder el control y cometer una serie de atracos y asesinatos.  Está claro que,  si nos limitamos a su  tema, la película no tiene nada original. Su interés indiscutible reside en una serie de elementos cuyas descripciones demuestran qué extraño puede ser, a veces, el destino de una película.



Dragnet y más

El primer elemento está contenido justamente en la historia: esta redada, “Dragnet” en el lenguaje de los protagonistas policías del  LAPD – que utilizan a menudo esta palabra – es  el punto de partida de una serie policíaca de TV muy popular en los EEUU. Estamos en los principios de la masificación de la pantalla,  pequeña por la talla, grande por su influencia. Los códigos de las series TV van a utilizar todas las recetas del cine negro y principalmente las relacionadas con las investigaciones de los servicios de policía que encontramos en esta película: un mundo de hombres – que con el tiempo irá incluyendo algun elemento femenino con una autoridad y un racionalismo científico de los más masculinos –  solidaridad dentro del  gremio, sospechas de un policía (aquí un subcontratado por LAPD), redadas metódicas, peritaje científico, trabajo en pareja, la viuda y el  cumplimiento del deber al servicio de la población como música de fondo…    La aportación de He walked by night reside en el estudio detallado de la investigación que encontramos también en las películas de Henry Hathaway tratadas en este dossier y T-men (Brigada Suicida) de Anthony Mann. Pero, sobre todo, es  la presencia de un actor, Jack Webb, que tiene el papel de Lee,  investigador científico que marca la entrada del género en la TV con la serie Dragnet. En Orden: Caza sin cuartel, el  papel y la interpretación del actor contrastan con los de los demás policías por su manifestación más aparente de las emociones, lo que deja abierta la posibilidad de su gran interés por lo que está pasando en el plató. El hecho es que el actor se pone en contacto con el consejero técnico de la película que pertenecía al LAPD, Marty Wynn, para que éste le ayude a poner en marcha un proyecto de serie TV que tenga esta fuerza realista que descubre en el rodaje de He walked by night y también, el mismo año, en la obra de Jules Dassin: The naced city (La ciudad desnuda). Así nace Dragnet, primera de estas series que van a invadir los hogares del mundo. A partir de estas fechas se irá instaurando la emoción por la violencia que el desarrollo tecnológico va potenciar. Jack Webb protagoniza la serie durante años en la TV y la película asociada con éxito.  Es su presencia en los títulos de crédito de He walked by night,  considerada como anecdótica por las críticas en su estreno, lo que llama la atención de cineastas franceses como Bertrand Tavernier y Alain Corneau unos años más tarde. Eso le dará la visibilidad que merece y nos permite disfrutarla dentro de la filmografía de Anthony Mann.  


“Procedural”

Hemos tratado de la integración en el cine negro de un realismo relacionado con el funcionamiento de ciertas instituciones estadounidenses: la toma de posesión de Alemania en la pos -guerra por un grupo de expertos apoyados por el ejército (Berlín Express-Jacques Tourneur), los servicios secretos (en los Balkanes con Diplomatic Courier-Henry Hathaway y, más adelante en este Dossier, 13 rue Madeleine, La casa de la calle 92…), la investigación periodística y judicial con Call northside 777, el FBI y los agentes del Tesoro (T-men, The naced city, The street with no name…). Esta propaganda de las instituciones se acompaña de una descripción de una sociedad modélica, respetuosa de los valores morales ancestrales y que tiene al núcleo familial padre-madre-hijos como eje sacralizado.   El componente de la inmigración bien acogida por una población y unas instituciones blancas anglo-sajonas tolerantes resalta en algunos de estos filmes: la atención de la policía hacia la familia polaca después del asesinato de su hija en The naked city, por ejemplo…). A veces, el efecto propagandístico está en parte compensado por la corrupción de un funcionario del Estado. Con T-men (La brigada suicida - Anthony Mann) seguida de He walked by night, Eagle Lions Films sucumbe a este realismo que introduce el procedimiento científico  pedagógico adoptado por unas productoras portavoces de los ministerios del Estado,  como la 20th CenturyFox y Universal. Podemos imaginar todo el beneficio que ha podido sacar para mejorar su reputación el LAPD inmerso en la corrupción y la prevaricación cuando se le presenta aquí como unos héroes anónimos dispuestos a sacrificar sus vidas para proteger a los ciudadanos de “un diabólico asesino desconocido, astuto e inteligente”, como lo cuentan los títulos de crédito.


Entre los elementos técnicos destacables en He walked by night, aparte de las visitas a los laboratorios y otros espacios implicados en la investigación policíaca, está la utilización de los mapas. La película se sitúa entre dos fotogramas de un mapa de Los Ángeles; la localización de la casa de Roy Martín se hace alrededor del mapa del barrio; el capitán pide la ayuda de los testigos enseñando en pantalla un mapa en construcción de la cara del sospechoso; el mismo capitán reúne a su equipo alrededor del mapa del alcantarillado de la ciudad donde se ha refugiado Roy.


La localización del primer disparo efectuado por Roy está indicada con precisión así como su casa en Santa Mónica Bvd. Por otro lado, si este subgénero llamado “procedural” con su tono documental y su voz en off, crea hoy somnolencia o irritación,  podemos suponer que el seguimiento de una investigación con todos los detalles pudo captar la atención de unos espectadores que, en estas fechas, estaban vírgenes de series TV y de efectos especiales. A los estudios balísticos, sala de archivos… se añade el típico arresto de sospechosos y sus coartadas. Pero esta última escena nos ofrece una curiosa imagen: ¡ la misma para la misma función (llegada de los sospechosos a la comisaría) encontrada ya en The big combo y Gun Crazy de Joseph H.Lewis!


¿Autores ?

Hablar de película de autor en la década de los 40 no corresponde al espíritu de la época. Sin embargo, si se plantea el problema de autoría no es para seguir a la nueva ola francesa. He walked by night (Orden: Caza sin cuartel) está firmada por Alfred Werker.

Alfred Werner (1896-1975)  rueda películas como director desde 1925. Ha dejado su huella con The Adventures of Sherlock Holmes [Sherlock Holmes] (1939) con Basil Rathbone. En el cine negro, notamos también Shock  en 1946 con Vincent Price y Lynn Bari que vimos en Nocturno. Otra película negra,  Repeat Performance (1947),  está rodada en los mismos estudios que He walked by night (Eagle Lions) y Richard Basehart actúa con Louis Hayward que veremos en The house by the river de Fritz Lang. Nominado en el Festival Internacional de Locarno en la categoría de Mejor película policíaca por He walked by night, Alfred Werker gana el premio. Más que por este premio, este cineasta sin estilo ni personalidad particularmente destacable, parece haber marcado la historia del cine por las modificaciones importantes que llevó a cabo a Hello Sister, deformando la que hubiese sido la última película de Erich von Stroheim. 

Entonces ¿por qué hablar de Anthony Mann? ¿Qué estrategia tenía la productora para dejar a Werker la autoría de la película sin que Mann  figure en los títulos de crédito? Se sabe que fue correalizador. El interés que tuvieron más tarde algunos cineastas y críticos franceses  por la película aclara la participación de Mann en casi todas las secuencias más realistas e impactantes, aunque cada especialista tenga su opinión sobre el grado de esta participación. Sin embargo, sería difícil negar la aportación de Mann al ritmo, pero ante todo  a la temática y a la fotografía. Toda la filmografía de este director es el reflejo de la oposición entre el Bien y el Mal. Las caracterizaciones de los personajes están muy marcadas por esta dicotomía.


Como en sus westerns, sus filmes de guerra o históricos, las trayectorias simétricas de los protagonistas aparecen en su cine negro. Lo veremos en T-men (Las Brigadas Suicidas) rodada por Mann,  justo antes de He walked by night, con este mismo enfoque casi documental y la misma estética visual que sumerge la acción en la noche, dejando aparentes los elementos esenciales.  Aquí tenemos al  duelo entre el policía  Scott Brady,  que quiere vengar a su amigo, y Richard,  el estafador asesino, que se desplaza como un felino y acaba como una rata en los desagües de Los Ángeles. La dicotomía recurrente propia de la temática de Mann se encuentra apoyada por el tratamiento fotográfico de un jefe operador que va a acompañar a Anthony Mann más tiempo que Sarah Montiel, del blanco y negro al Technicolor de “La caída del Imperio Romano”. 

Al final, podemos preguntarnos si esta fuerza de la imagen narrativa no hace de John Alton, director de la fotografía, el verdadero autor de He walked by night. Notamos también la participación del asistente a la realización de Howard W.Koch que más adelante demostrará su talento de cineasta con algunas películas negras muy violentas en las décadas 1960-70 como, por ejemplo Badge 373-Police Connection en 1973.


Personajes en  Negro… y Blanco

El interés principal de He walked by night es la imagen de John Alton, sus blancos y negros siempre muy contrastados, la utilización de fuentes de luz autónomas en las secuencias nocturnas. El genio de Alton se hace evidente en la secuencia final rodada en el alcantarillado de Los Ángeles. Su fuerza narrativa confirma lo que se nota a lo largo de la película: el interés aumenta cuando nos alejamos de la investigación policíaca, fría y sistemática para acercarnos al personaje enigmático, complejo, sorprendente, de Richard Basehart.


Es probable que Carol Reed y Orson Welles hayan encontrado una fuente de inspiración para la secuencia en las alcantarillas de Viena en El tercer hombre el año siguiente.  La utilización de la luz es impresionante en esta última secuencia: la iluminación de los largos pasillos rectangulares del alcantarillado por las linternas de los policías corriendo, avanzando hacia su presa, contrasta con el foco descontrolado que manipula  Basehart alumbrando por momentos la sala donde esconde sus armas, con los reflejos de luz sobre el agua que se extiende hasta alcanzar el cuerpo yacente.   
He walked by night está filmada con los nervios a flor de piel: el número de planos es importante para esta época y las tomas se hacen según unos ángulos muy variados.


Llamativos son los contrapicados sobre la cara de Basehart o el picado sobre su cuarto, el sofá con el perro, la mesa de trabajo, la luz que filtra por las persianas… La iluminación y los movimientos elegantes de cámara al hombro revelan la presencia de Anthony Mann y John Alton durante el asalto de su casa, su huida por las alcantarillas pero también en esta primera escena cuando Basehart dispara al policía en coche…


La larga secuencia que, en un silencio absoluto, nos enseña a Basehart extrayéndose la bala después de un intercambio de disparos con la policía: todavía más que en otras escenas, la relación con el estafador Roy Martin /Basehart es plenamente afectiva aquí, con esta imagen del masoquismo que Mann desarrollará en sus grandes westerns con James Stewart. Esta escena,  como la secuencia final,  son la marca de la modernidad de la película: pensamos a Robert de Niro en Taxi Driver de Scorcese o a Alain Delon en El samurai de Melville. 

Scott Brady y Roy Roberts  

En esta película de hombres, hay una única mujer que tiene un papel significativo (las demás aparecen como testigos en la sala oscura donde se establece el retrato-robot de Roy Martín). Conviene aquí homenajear  la actriz Dorothy Adams: cumple con su función de” vecina que da problemas” como lo hizo con su talento habitual en Fallen Ángel (vecina de Linda Darnell) e en Nocturno (vecina de Lynn Bari).

Dorothy Adams


Richard Basehart es el protagonista absoluto: es su tercera película. Más conocido por sus películas con Federico Fellini (La Strada- Il Bidone),  lo vemos en este Dossier en The House on Telegraph Hill  (La Casa de la collina  1951   – Robert Wise).  Con la excepción de Jack Webb, los demás actores, todos policías no están particularmente caracterizados, lo que pone en evidencia la actuación de Basehart y la fuerza de sus silencios. Experto entre los expertos de una policía científica, Roy Martín tiene un comportamiento solitario, su trabajo de técnico de antiguo operador de radio en el ejército… y en una comisaría, es meticuloso. Tiene un  instinto animal ante la caza policial. Se nota la ausencia de mujer en su vida, la extraña relación de dominación con el por-mayorista…


Este personaje volverá a la pantalla con J.P. Melville y el Samurai: veinte años más tarde, Alain Delon cura su brazo en silencio, cambia la placa del coche en un garaje como Roy, huye por las vías del metro de Paris. Estos dos héroes del cine negro tienen en su mente la huella de la guerra: la de Basehart en el ejército estadounidense, la de Delon en una guerra que para Melville, no acaba. La influencia de He walked by night va más lejos que su efecto muy probable sobre Melville: es todo el cine y las series TV relacionados con las investigaciones policíacas y la caza del psicópata que encuentran aquí a su progenitor.