24.7.13

"The naked city"-Jules Dassin

En el corazón del cine negro

La Ciudad desnuda 1948
Director: Jules Dassin
Guión:  Albert Maltz / Malvien Wald (relato)
Música:  Miklös Rözsa-Frank Skinner
Fotografía:  William H,Daniels
Montaje:  Paul Wealthenwax
Dirección artística:  John DeCuir
Producción:  Mark Hellinger Universal







Actores:
 Barry Fitzgerald es el teniente de policia Dan Muldoon   

Barry FitzGerald
        
Howard Duff es Frank Niles


Dorothy Hart es Ruth Morrison
Dorothy Hart y Howard Duff

Don Taylor es el policía Jimmy Halloran

Ted de Corsia es Willie Garzah

Mark Hellinger es el narrador
Mientras la ciudad duerme…

Esa es la Ciudad tal como es: los niños jugando, los edificios en la desnudez de la piedra, la gente sin maquillaje: vistas de Nueva York con voz en off.
While the city sleep diría Fritz Lang: Mientras la ciudad duerme
Es la una de la mañana: el crimen, la chica muerta - los dos atracadores que han robado sus joyas,  la anestesian y la ahogan en la bañera: ¡la foto de la ducha enlaza con los chorros de agua saliendo del camión de la limpieza! Era modelo…Era polaca, cambió su nombre por Jean Dexter dirá más tarde un policía encargado de la investigación. La voz en off: «Yesterday she was just another pretty face. This morning she's the marmalade on everybody's toast ».





Son las cinco de las mañana: uno de los atracadores mata al otro. Vemos al “buen pueblo” despertarse, coger el metro, a los policías y detectives levantarse, afeitarse e ir al trabajo
Martha Swenson (Virginia Mullen) descubre el cuerpo de Jean Dexter


“La señorita Jean Dexter …”:  Gritos y música- Mark Hellinger, voz en off, que se ha presentado como el productor de la película no para de hablar;  nos describe la eficacia de la administración hospitalaria y  policiaca hasta llegar a la comisaría de Chelsea-NY: estamos en el departamento de la brigada de homicidios del barrio.


Todos al trabajo: les vemos coger las huellas, hacer las fotos en el lugar del crimen: la cámara de Dassin sigue cada gesto de la brigada. Un documental pesado: todos expertos, han hecho la guerra de… Hellinger comenta la investigación del detective Jimmy Halloran … Jimmy parece un poco torpe, pero es el buen americano, su mujer le espera con una buena comida, transmite a su hijo los valores morales de su país. Jimmy es el vigilante de la ciudad, el responsable de la seguridad y el orden  Esta es tu ciudad, Jimmy, mirala bien” le dice Hellinger.


El inspector Muldoon dirige la comisaría de Chelsea: convoca a Frank; la muerte de la chica le conmueve: “no me temblaban las manos así desde que estuve en la guerra en el Pacífico sur.” Ruth, amiga de Jean Dexter es novia de Frank, él estará mintiendo…”jamás he visto un mentiroso como usted” le dice el inspector. El productor Hellinger se hace realmente pesado contándonos los detalles de la investigación: eficacia policiaca… la larga secuencia con Frank se parece a las series de TV de la época El inspector es puro cliché: viudo, hablando del sueldo de la policía comparado a lo que gasta Frank…y más tarde “sólo trato de justificar mi sueldo”-  Hellinger también cuenta: dos hombres para seguir a Frank con tres turnos: son seis hombres ( a cargo de la colectividad…pensará – en esta época, el productor Hellinger ganaba 200 000 dólares al año).


Una escena de persecución magistral domina la película: Jimmy se vuelve protagonista y se lanza en una investigación por el barrio donde se supone que vive Willie Garsah “el armónica” como lo llaman los niños. Seguimos al detective por las calles hasta el refugio de Willie.


La fuga de este, los movimientos de la multitud dan una dimensión innovadora en esta época y que todavía impresiona… hasta que la brigada de homicidios con Barry Fitzgerald / Inspector Muldoon a la cabeza. Entonces la voz del productor retomo su narración propagandística.


Se mete hasta en la mente de Willie, el asesino que Jimmy ha por fin localizado: “a ver si tomo el metro…tranquilízate, no corras… no pierdas la cabeza” mientras vemos a Willie matando a un perro en la secuencia final de su persecución por el torpe Jimmy que no lo es tanto.


La escalera que sube Willie Garsah: el también, como Jimmy, domina la ciudad “Esta es tu ciudad, Willie, pero nosotros te matamos” no llega a decir Hellinger. El productor concluye, ante de morir él mismo poco después, hablando de Jean Dexter: « Her name, her face, her history were worth five cents a day for six days. Tomorrow a new case will hit the headlines », esta es  la historia de una niña nacida en la miseria, una jean dexter…8 millones de historias en la ciudad, esta ha sido una de ellas. Más tarde, una voz en off con más humor nos hablará de estos 8 millones de neoyorquinos que se van de vacaciones pero Jimmy no corre detrás de Willie sino de Marilyn Monroe y otra voz en off de Jack Lemon detrás de Sherley McLaine.

Las frustraciones de Jules Dassin

La publicación en 1945 del libro de fotografías sobre Nueva York “Naked City” del fotógrafo Arthur H.Fellig –conocido como Weegee –es por supuesto un punto de partida para el proyecto de la película, y Weegee es consejero durante el rodaje.  Sin embargo, podemos pensar que la cultura de Jules Dassin y William Daniels, abierta a Europa, ha sido influenciada por el neorrealismo italiano en plena apogeo en estas fechas.


El proyecto de instalar la cámara en la calle, de rodar un film negro fuera de los Estudios, prácticamente todo en exteriores, a pesar de las reservas de la Universal, es innovador. Malvin Wald, autor del relato encargado por el productor Mark Hellinger, cuenta: “La idea entusiasmó al alcalde de Nueva York. Lo veía como una oportunidad para revalorizar los servicios [de la policía estatal] que siempre han sido el hazmerreír de los neoyorquinos… Cuando Hellinger ha enseñado mi proyecto a Jules Dassin, éste ha comprendido enseguida: “es una nueva forma de cine, Mark, quiero participar”… Sólo quería que el script fuera reescrito por Albert Maltz, un escritor respetado que daría más peso al proyecto”.


Para Jules Dassin, la ciudad de Nueva York tiene que ser el principal protagonista. No va a ser así. A pesar de las promesas hechas por el productor de no tocar nada de la película filmada por Dassin, Hellinger decide cortar y hacer un nuevo montaje sin su acuerdo: el director sale llorando del preestreno. Se le repite el mismo disgusto que con Brute Force donde se añadieron unos flashbacks inútiles por orden de Hellinger. Se ha hablado también de una fuerte presión de los Estudios Universal en esta época de virulento anticomunismo, para no dar rienda suelta a Dassin y a su crítica social: el realizador era un antiguo afiliado al partido comunista (hasta el pacto Germano-Soviético). Nueva York pasa de principal protagonista – que era su motivación – a actriz de reparto. Las largas secuencias en estudio tienen a Barry Fitzgerald / Inspector Muldoon como protagonista. El actor, excelente, prefigura la larga serie de comisarios para TV y el guión le transforma en “voz in” paralela a la “voz off” del productor. Don Taylor / Jimmy es particularmente soso y su papel de padre de familia estadounidense entra totalmente en la propaganda. Howard Duff y Ted de Corsia salvan el casting por unas caracterizaciones más integradas en un cine clásico, aunque bastante lejos del neorrealismo querido por Dassin.


El subgénero “procedural”


Es Mark Hellinger quien tiene también la idea de añadir la voz en off, la suya, – pesada redundancia con las magnificas imágenes de William Daniels –desde el primer título de crédito, presentándose al público, lo que nos aleja de la voz en off de otros filmes del género. ¡Uno no puede presentarse como para parecerse  a Orson Welles! El resultado es una trama policiaca trivial que se impone muy a menudo a lo largo de la película sobre la descripción de la ciudad que deseaba realizar Dassin. Además, la narración  contiene unas explicaciones sobre los procedimientos de los servicios de la brigada criminal con un tinte propagandístico pronunciado, típico del subgénero “procedural” muy utilizado por Hollywood desde el final de la segunda guerra mundial y todavía más en esta época de “Guerra fría” con la Unión Soviética.  El aspecto cine negro no se integra totalmente en esta presentación de documental que impone el productor. La apuesta que consiste en mezclar estas dos formas exige un guión que tenga una fuerza de enganche: pensemos en Jacques Tourneur con Berlín Express  en 1948 que da una visión personal sin ninguna traba o, el mismo año, en  Henry Hathaway sobre procedimientos judiciales y periodísticos con Call Northside 777 (Yo creo en ti) y,  más tarde,  sobre servicios de espionaje y militares con Diplomatic Courier (Correo Diplomático-1952). Jules Dassin no ha tenido esta suerte.

Una inolvidable secuencia final

A pesar de estos defectos y de las dificultades encontradas por el director, la película nos ofrece una de las mejores secuencias de cine negro con la persecución de Willie “el armónica” en el East Side de Manhattan, hasta el Williamsburg Bridge. Abre la puerta al cine negro urbano como prototipo de calidad gracias  al genio de dos artistas: Jules Dassin y William Daniels. Si este último ha trabajado con los grandes del cine mudo, demuestra aquí su capacidad de innovación: utilización de focales de gran ángulo, focos de poco peso y muy manejables, de espejos sin azogue que le permitían filmar sin que la multitud, muy presente en las escenas en la calle, el metro y sobre todo en la secuencia final, mire la cámara.


Recibe uno de los tres Oscares nominados para The naked city. La calidad y la precisión de los encuadres, el virtuosismo del montaje demuestran el genio artístico de Jules Dassin después del magnifico Brute Force. Seguirá su trayectoria de cine negro urbano con Thieves’ Highway (Mercado de ladrones-1949), filmando las calles de San Francisco antes de huir hacia Europa, perseguido por el Comité de Actividades Antiamericanas como lo comentamos a propósito de Brute Force. En el Reino Unido, antes de exiliarse de nuevo en Francia,  rueda su último film negro:  Night and the City (Noche en la Ciudad-1950) donde mezcla un realismo brutal con un expresionismo sorprendente: ¡una obra de arte!